A lo largo de los últimos seis años y todos los meses esta Revista Hegemonía estuvo presente en el comentario de la realidad política y social del cabotaje y del mundo. El atento lector que nos acompaña y utiliza estos contenidos como recurso para comprender lo que pasa en el reverso de la trama será testigo del esfuerzo que hacemos aquí todos los meses para ir siempre un poco (o mucho) más allá de la superficialidad de la información que echan a circular los demás medios con el solo fin de aumentar la confusión.
En este mes de febrero cumplimos entonces seis años de existencia y en cada una de las 72 ediciones publicadas hasta aquí estuvo el desafío de evitar la distracción, de analizar en profundidad lo que no está a la vista del pueblo porque quienes deberían comunicar, en realidad, lo que hacen es generalizar la confusión. Y no podía ser distinto en esta edición de sexto aniversario. Hegemonía llega con la hipótesis de lo que es una obviedad para quienes observan la política sin el prejuicio ideológico, pero no se dice en ninguna parte: Javier Milei gobierna hoy sin oposición.
Milei gobierna como una aplanadora imparable y avanza a paso redoblado sobre los intereses de las mayorías, aunque fundamentalmente contra el modesto patrimonio acumulado a lo largo de toda una vida de trabajo por la mal llamada “clase media”. Esta “clase media” que es una entelequia del sistema y no es más que la colectividad de trabajadores con capacidad de consumo y de ahorro se ve hoy aplastada por esa aplanadora sin nadie que la frene que es el gobierno de Milei.
En cuestión de semanas y meses, Milei y su ministro de Economía Luis “Toto” Caputo han puesto en marcha un plan económico absolutamente genial en un sentido técnico. Técnicamente, Milei y Caputo han dado con la fórmula para desposeer a la “clase media” de sus ahorros dolarizados, los que tenía “encanutados” bajo un colchón, en una lata de galletas, en sendas cajas de seguridad bancarias o en cuentas en el exterior. Al aumentar brutalmente el costo de la vida y al congelarse los ingresos en pesos, la “clase media” debió meter mano en el “canuto” para sostener su estilo de vida, el estilo que precisamente la define y la diferencia de los demás trabajadores.
Y entonces buena parte de esos dólares que estaban parados —entre 250 y 350 mil millones, según se estima— entran en circulación, o más bien van a parar a las “cuevas” financieras y de ahí a las arcas del Banco Central. Milei cumple el pronóstico hecho por Patricia Bullrich el año pasado, según el que “el país va a salir adelante con el ahorro de los argentinos”. Era literal, era con el ahorro de los argentinos confiscados técnicamente como el gobierno de Milei pretende pagar el costo de diez años de descalabro económico, o la llamada “década perdida” desde enero de 2014 a esta parte.
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