Insulto a la soberanía nacional

En un acto de reafirmación de la actitud imperial de los Estados Unidos, la jefa del Comando Sur Laura Richardson dio definiciones públicas que son un insulto y una amenaza inaceptable para la soberanía nacional de la Argentina y demás países hermanos de la región. La guerra mundial evidenciada por el conflicto en Ucrania entre Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) empieza a sincerarse en el nivel del discurso con estas declaraciones de Richardson: los Estados Unidos están dispuestos a llevar hasta sus últimas consecuencias la Doctrina Monroe, apropiándose indebidamente de los recursos y riquezas de nuestro territorio para apuntalar su esfuerzo de guerra. La libre determinación de los pueblos del continente americano corre riesgo.
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Con preocupación e indignación, los nacionalistas escuchamos las declaraciones de la jefa del Comando Sur estadounidense en una conversación con el think tank Atlantic Council. En dicha entrevista, Laura Richardson se pregunta por qué es tan importante el continente americano desde el punto de vista de los Estados Unidos y lo que se sigue al cuestionamiento que se hace la comandante del brazo armado de Washington para nuestra región es un verdadero insulto —una amenaza no disimulada, una amenaza directa y abierta— contra la soberanía de nuestras naciones independientes desde el Río Bravo hasta la Patagonia.

Para justificar la importancia económica, política y estratégica en un sentido geopolítico de los países de América Central, América del Sur y el Caribe, Richardson hace una minuciosa enumeración de las riquezas existentes en el vasto territorio americano, además de señalar el establecimiento de relaciones entre Venezuela, Cuba y Nicaragua con Rusia, nación a la que define como el “adversario número dos” de los Estados Unidos en el mundo. Sin perder de vista que el verdadero enemigo de los intereses estadounidenses a nivel global hoy es China, la jefa del Comando Sur les asigna a los rusos un lugar de mucha importancia en el tablero de la geopolítica definiendo como peligrosas para Washington su presencia puntual en algunos países americanos.

En primer lugar, eso tiene la importancia de una confesión de parte al poner en evidencia que los Estados Unidos son conscientes en su discurso del nuevo ordenamiento global de tipo multipolar que ya nació y está a punto de hacerse visible para todos. Cuando una representante suya señala a Rusia como el “adversario número dos”, al saberse que desde el inicio de la guerra comercial en la década pasada China está desafiando la hegemonía unipolar estadounidense y, por lo tanto, sería el “adversario número uno” al que aquí no se alude, a través de la voz muy autorizada de un jefe militar los Estados Unidos reconocen la existencia de al menos tres polos de poder político mundial. Eso no es poca cosa.

Por lo tanto, la política mundial ahora es multipolar, tiene al menos tres polos de poder en Rusia, en China y, por supuesto, en los Estados Unidos. Esa es una situación de enfrentamiento por el control territorial de las riquezas en todas partes, es una guerra en curso entre los polos por determinar quién va a tener el control y el poder real en cada rincón del planeta. Desde el punto de vista de las potencias, los territorios son sus recursos y a la vez son sus mercados, razón por la que una potencia lo es mientras controle una cantidad suficiente de territorios para el sostenimiento de dicho estatus. En el marco de esa dinámica es que se dan estas declaraciones, no hay en ese discurso una palabra de más ni una de menos. La jefa del Comando Sur envió un mensaje claro y contundente.

Vladimir Putin y Xi Jinping, líderes de Rusia y China respectivamente. Al referirse a Rusia como el “adversario número dos” de los intereses estadounidenses en el mundo, Laura Richardson oficializa la existencia de un orden mundial multipolar con al menos tres polos de poder en el presente y proyectándose para lo que queda de este siglo. Rusia, China y los Estados Unidos luchan actualmente por el control territorial en todo el planeta en la geopolítica grande y del resultado de esa guerra mundial que aún es fría, aunque no metafórica, se desprenderá el nuevo ordenamiento político global. A los demás países les corresponde defender sus intereses nacionales para posicionarse lo mejor posible en el nuevo “concierto de las naciones”.

Ese mensaje fue el anuncio de la nueva estrategia geopolítica de los Estados Unidos en el escenario de multipolaridad. Viéndose desafiado en África por Beijing y en Europa por Moscú, Washington responde a la altura anunciando que en América vendrá degollando y no tolerará ninguna presencia de sus enemigos número uno y número dos en este continente. Ahí hay una actitud estratégica y territorial muy clara. Eso es grave, un problema para todos los pueblos que pretendemos ejercer la soberanía con dignidad en nuestra tierra.


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