Al finalizar la II Guerra Mundial en 1945, las conferencias de Yalta primero y de Potsdam después configuraron las zonas de influencia y las relaciones internacionales entre los bloques occidental y socialista, encabezados respectivamente por Estados Unidos y la Unión Soviética y delimitados desde el punto de vista ideológico por la denominada Cortina de Hierro. La confrontación entre ambos bloques que duró hasta finalizada la década de los años 1980 se conoció como Guerra Fría.
Poco antes, los países que ganarían la guerra reunieron a sus representantes en la conferencia de Bretton Woods, de donde emergerían tres organismos multilaterales de crédito fundamentales para el mundo capitalista: el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el que hoy es un componente de este, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF). En esa línea se destaca también el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) implementado con el compromiso central de terminar con el proteccionismo y fomentar la apertura comercial. En 1995 este acuerdo derivaría en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Esa división del mundo se expresó en dos doctrinas de aspiración universalista: el liberalismo y el marxismo, las que desde el punto de vista de la economía política convergen en la teoría objetiva del valor —o teoría del valor trabajo— al considerar que el valor de un bien o servicio está determinado por la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirlo.

En 1989, con la caída del Muro de Berlín que simbolizó la desintegración del bloque socialista, la Guerra Fría quedó atrás. Surgiría de eso un mundo prácticamente unipolar liderado por los Estados Unidos y embanderado tras el decálogo de recomendaciones conocido como Consenso de Washington, el que da inicio al proceso de globalización continuado hasta la irrupción de Donald Trump en la presidencia desde el seno del establishment productivo de los Estados Unidos de Norteamérica. Fueron los pilares fundamentales de esa globalización el FMI como regulador del sistema financiero internacional y la OMC como custodia de la libertad de los mercados.
La globalización aceleró el proceso de concentración y centralización del capital, incrementando a escala planetaria los niveles de injusticia contra los que los pueblos lucharon. En el marco de dicha lucha se produjeron varios hechos, entre los que se destacan el fracaso en la IV Cumbre panamericana del año 2005 de la integración propuesta por el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el inicio de la administración soberana del comercio exterior que implementamos en nuestro país en el año 2012 y el rechazo por parte de economías relevantes como la de Rusia a subordinar sus intereses nacionales a las conveniencias del librecambio global.
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